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Gracias a mi familia!

No quiero dejar pasar ni un día más sin compartir mi agradecimiento públicamente a mi familia!. Cuando pienso en la suerte que he tenido de tener la familia que tengo, se me hincha el corazón y me emociono!. Por todas las virtudes y los mal llamados “defectos” que podamos tener (que no son más que muestras de inconsciencia, por lo tanto, en esencia, irreales)…

Gracias, en primer lugar, a mi madre que me dio la vida!. En ella tengo un gran referente. Es la mujer más creativa, divertida, lista, espontánea y ocurrente que he conocido nunca. Su capacidad de improvisación no tiene igual!. Puro talento!. De ella, he aprendido a no perder jamás la sonrisa ni el sentido del humor, entre otras muchas cosas. Madre donde las haya. Su capacidad para gestionar mil y un asuntos a la vez, no deja de asombrarme. Generosa por naturaleza y excelente cuidadora. Gracias a mi padre, del que también admiro y me llevo grandes valores: el que más, la nobleza de su corazón. Este es uno de los valores pilares en mi vida: la nobleza de corazón, la bondad. Además de su gran inteligencia y cultura, su saber estar y discreción, su tono siempre calmado, su sonrisa amable, su tímida dulzura que esconde su rico universo interior que en mucho, me recuerda al mío. La verdad que ambos son una mezcla excelente y así han salido sus hijos 😉 !. Gracias a mi hermana, cuidadora y detallista por naturaleza. Un gran tesoro para mi vida. Inteligente y astuta, gran observadora, exquisitamente discreta y educada, responsable, excelente profesional y mejor persona, con un punto de sana locura y sentido del humor que la hacen única!, honesta, gran protectora y muy amorosa. Tiene esa habilidad de estar ahí siempre que lo he necesitado, apoyándome en mi camino. Y, gracias a mi hermano, mi otro gran tesoro familiar. La verdad que me tocó la lotería con mis hermanos y eso, no tiene precio! .  Admiro también muchísimas cosas de él. Es pura nobleza. Pura bondad. Pura calidad humana. Súperdivertido y muy inteligente. Con un tremendo sentido del humor. Envidiablemente limpio y ordenado (creo que todos los genes responsables del orden, los heredó él, y yo que nací detrás, me quedé sin 😉 ). El nuero que toda suegra quisiera tener jajaja!. Atento y educado. Si tuviera que resumir en una frase, diría que siempre es un placer estar en su compañía porque reúne todos los ingredientes para disfrutarla, ya sea que estemos riendo, hablando o en silencio.

En cuanto a mis abuelos, he tenido la gran suerte de disfrutar tanto de los paternos como de los maternos. Estos últimos, han marcado significativamente mi infancia y, por lo tanto, mi vida y es irreproducible escribir aquí todo lo que me han aportado. Son también un gran referente en mi vida. Con ellos, aprendí a disfrutar de la vida, a amar la naturaleza, a vivir la magia, a desarrollar el poder de mi imaginación, a soñar, a recibir y dar amor, a saborear las cosas más sencillas…tantas cosas…Él era una fuente de conocimientos inagotable; poseedor de una memoria prodigiosa y gran amante del conocimiento y del saber. Del trabajo bien hecho. Con una imaginación brillante. Increíblemente ordenado, cuidadoso, limpio y metódico. Muy muy alegre, súpercariñoso y con una mente ágil que le otorgaba un sentido del humor realmente único y especial. Mi abuela comprendió siempre mi sensibilidad y emotividad y en ella, siempre tuve a mi gran aliada y mayor confidente. Y hoy en día y ya de adulta,  -tengo la suerte de tenerla-, admiro mucho en ella y sigue inspirándome con su alegría incombustible, su sentido del humor, su enorme fortaleza, su dinamismo, su impulso, su naturaleza activa, su gran vitalidad…Sin la influencia de ellos, definitivamente, hoy yo sería alguien muy diferente.

En definitiva, todos ellos, grandes personas con grandes valores y con grandes corazones. Todos algo locos…y yo no me escapo. Locura sana, claro. Por eso, en esencia, he tenido la fortuna de nacer en una familia alegre y sonriente. Y, otro gran aporte y muy importante: todos ellos, grandes amantes de los animales. En casa siempre hemos disfrutado de la compañía de diferentes mascotas y, todas ellas, tienen su rincón especial en mi corazón y, siempre nos han enseñado algo común a todos: todas ellas, nos han enseñado a ser mejores personas.

GRACIAS, FAMILIA. Os quiero muchísimo a todos. Este es mi pequeño homenaje público a vosotros. Puedo decir orgullosa que os llevo en mi corazón allá donde voy...(y lo increíble: 400 kg y no pesa!! 😉 )

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