Si realmente queremos ser de gran ayuda ayuda para el otro, sí.
Quiero compartir con vosotros una reflexión, fruto de un comentario acerca del terremoto en Haití.
Antes de nada, quiero aclarar que cuando decimos degracias “ajenas”, realmente no existe nada “ajeno”. Porque todos estamos unidos en un nivel profundo pero ese, sería otro tema que no voy a tratar en este post.
El comentario que he leído y que comparto de manera anónima decía lo siguiente:
“SI ESTAS MUY FELIZ!!! COMO VA SER Y HAITI SE TE OLVIDO POR UN MOMENTITO NO SEA EGOISTA Y ATERRIZA PON LOS PIES SOBRE LA MADRE TIERRA QUE DIOS TE DIO Y PIENZA LA FORMA DE HACERLOS FELICES A ELLOS ENTONCES YO ESTOY FELIZ POR TI…”
A continuación, está la reflexión que he compartido en la página de facebook y de la que me gustaría mucho conocer tu opinión. Evidentemente, es sólo mi verdad y no tiene por qué ser la tuya. Por lo que respeto plenamente cualquier otro parecer:
Gracias a todos los que estáis aquí, creciendo para ser mejores personas cada día y por responsabilizaros de vuestra felicidad. Un abrazo desde el corazón!”
¿Cómo lo vives tú?. Gracias de antemano, por lo que sea que vayas a compartir.
Preciosa respuesta de una queridísima amiga, Catalina. Me uno a tus palabras y las comparto:
“Es maravilloso saber que cada día nos despertamos con miles de bendiciones, con la dicha de estar vivos y con una nueva oportunidad de dar.
Muchas personas que hemos pasado por momentos difíciles, encontramos que cuando podemos ayudar a alguien, nos sentimos utiles y es ahi cuando nos alejamos de todo sentimiento de tristeza.
La actitud con que vemos cada día, nos permite tener hacia los demás sentimientos de amor y de solidaridad…. El mundo entero es solidario con Haiti, que dicha más grande, los humanos nos apoyamos, somos solidarios. :)”
Hay personas que son felices pero viven en “una burbuja”. He conocido personas así que cuando uno les sugiere que vayan a compartir con otros menos afortunados su respuesta es que no van porque la desgracia ajena los entristece y ya no serían felices.
El dr.Adams descubrió las virtudes de la risa, esta cientificamente probado que la risa cura y puedo agregar que la sonrisa dignifica. Si uno da o comparte con una sonrisa quien la recibe se siente dignificado, se vuelve a sentir humano.
He trabajado con personas carenciadas y he vivido situaciones como las de compartir un chiste o ser testigos de algo gracioso y encontrarnos riendo todos de lo mismo, despues de la risa viene la mirada a los ojos y en esa mirada nos reconocemos como iguales. De ahi a la confianza y a la confidencia de sus necesidades y anhelos hay sólo un paso.
Las personas felices que no comparten su felicidad con quienes carecen de todo se pierden “el retorno” que tiene una sonrisa, un apretón de manos, un abrazo o un beso que es el agradecimiento eterno por haberle devuelto a alguien su dignidad por un momento.
Ya decía el poeta romano Terencio: “Nada humano me es ajeno”.
La felicidad es una estado del alma que viene dado cuando uno/a ocupa su lugar en el mundo; llega por añadidura si nos encontramos en el lugar que nos está reservado. Y una vez encontremos este lugar no estará de más recordar que la felicidad es un estado que también reconoce la pena, el duelo y la muerte como parte de la vida. Se puede ser feliz estando triste, dolido o enfadado. La felicidad es un estado elevado que todo lo engloba.
La verdadera felicidad implica ser vivida libre de miedos e inseguridades, en paz con las Fuerzas Superiores que gobiernan el Cosmos, y tal estado del ser humano, es sólo potencial, cada persona debe crearse a si misma y por si misma. El estado de felicidad no viene dado por la biología, como el color de la piel, sino que hay que descubrirlo, trabajarlo y crearlo durante la vida de cada persona: es un trabajo permanente de atención a uno mismo, como tocar un instrumento musical con virtuosidad.
Este es un asunto delicado, pero nadie puede ser feliz por otro; y Ana anda en su proceso, lo mismo que cada uno/a en su camino.
Lindísima respuesta, no esperaba menos de alguien que nos ayuda a crecer espiritualmente. En el mundo hay mucha gente cuyo espíritu está encolerizado y lleno de amargura por cosas que, personalmente, no son capaces de superar y creo que al no poder salir de eso, solo son capaces de desear cosas mala o de ver lo que tú: la felicidad solo lo proyecta un corazón feliz. Nadie que se sienta miserable puede proyectar algo positivo, debe empezar por curar su propia alma para así ser una fuente de ayuda, consejos y positivismo a los demás.
Gracias por las buenas vibras cada día.