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Viendo este vídeo, me viene a la cabeza uno de los últimos post que compartí ¿Por qué la gente grita cuando se enoja? …ésta sería una aplicación práctica del relato…El protagonista se va encontrando por el camino con personas enojadas. Le gritan. Están furiosas. Sus corazones están cerrados. Están sordos. Por eso no oyen ni sus propios gritos. En cambio, él, mantiene su corazón abierto. Escucha. Está receptivo. No sólo se mantiene así sino que, se acerca y se abre aún más si cabe, abrazando al enojado. Acorta la distancia entre los corazones.

El enojado se resiste. Lucha. Lo rechaza. Está cerrado.

Pero él, lejos de dejarse influenciar por el rechazo y cerrarse y alejar también su corazón, se entrega al momento; persiste.

Finalmente, el corazón del enojado, antes cerrado, se abre rendido a la evidencia de lo único que somos y anhelamos recordar: el Amor. Caen las barreras ilusiorias que nos aíslan del resto del mundo. Cae el ego!. Milagro!. Aunque sea por un instante, nos desprendemos de lo que nos mantenía falsamente protegidos y entonces, y sólo entonces, caemos en la cuenta de que, no hay lugar más seguro que ese al que hemos llegado cuando hemos derribado todas las defensas.

Ojalá permaneciéramos más tiempo en ese estado. Esos momentos siempre quedan grabados en nuestra alma. Momentos auténticos. Disfrutémoslos al máximo antes de que, en el descuido del día a día, sin a penas ser conscientes, nuestro ego trate de reconstruir a prisa las murallas recién derribadas…

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