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Una vez le preguntaron a Nadine Stair, una mujer de 85 años, la siguiente pregunta: ¿Qué haría si volviese a vivir?:

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Una vez le preguntaron a Nadine Stair, una mujer de 85 años, la siguiente pregunta: ¿Qué haría si volviese a vivir?:

Me relajaría. Sería más flexible. Sería más tonta de lo que fui en este viaje. Me tomaría menos cosas con seriedad. Correría más riesgos. Haría más viajes. Escalaría más montañas y nadaría en más ríos. Comería más helados y menos garbanzos. Tal vez tendría más problemas reales, pero menos problemas imaginarios. Sabe, soy de las que viven con sensatez  y sanamente hora tras hora, día tras día. Ooooh, he tenido mis momentos y si volviera a vivir, tendría más.  De hecho, trataría de no tener otra cosa.  Sólo momentos. Uno tras otro, en lugar de vivir tantos años por adelantado cada día. He sido de esas personas que no van a ninguna parte sin un termómetro, una botella de agua caliente, un impermeable y un paracaídas. Si tuviera que volver a vivir,  la próxima vez viajaría más liviano. Si tuviera que volver a vivir,  empezaría a andar descalza más temprano en la primavera y seguiría así más tarde en el otoño. Iría a más bailes. Subiría a más calesitas. Cortaría más margaritas.”

Uno de los ejercicios que puede ayudarte a conocer lo que es realmente importante para ti en tu vida es el siguiente. Si realmente quieres sacar provecho de este ejercicio, te recomiendo que busques un tiempo en el que no vayas a ser interrumpido. Apaga el móvil. Busca un lugar en el que te sientas a gusto y recogido. Si quieres, en tu casa o en algún lugar en medio de la naturaleza. Ten a mano bolígrafo y papel. Ahora, toma tres respiraciones profundas y, en cada exhalación, siente como todas las preocupaciones y asuntos que rondan tu mente, se van con ellas, las sueltas y las dejas marchar. Luego ya podrás recuperarlas si lo deseas. Por ahora, relájate y entrégate al momento presente y al ejercicio. Bien. Cuando te sientas más relajado, imagina la siguiente escena:

Imagina un momento en el futuro. Eres un anciano con una larga vida tras sus espaldas. Llega tu último día de vida. Estás en tu lecho de muerte y, en tu interior, sabes que ya sólo te quedan unas horas de vida. Sabes que quieres marcharte en paz y no dejar nada pendiente aquí. Ningún cabo por atar. Quieres irte libre, feliz y satisfecho. ¿Qué necesitas para irte en paz?. ¿Deseas hablar con alguien y decirle lo que quizás nunca te atreviste a decir?. ¿Deseas hacer saber a alguien cuánto lo quieres?. ¿Deseas pedir disculpas por algo?. ¿Deseas compartir algunas reflexiones sobre lo que hubieras hecho en tu vida si pudieras volver a vivir?. ¿Deseas dar un abrazo?. ¿O que te abracen?. Cierra tus ojos e imagina la escena. Escribe todo lo que surja. Si piensas en alguien mayor que tú que quizás ya no se encontrara vivo en ese momento, no importa. Escribe lo que te gustaría poder hacer en ese momento. ¿Quizás hablar de corazón a corazón con tu padre?, ¿con tu madre?, ¿con algún familiar?. Este es uno de los momentos más importantes de tu vida. Lo mismo que fue el día que naciste, lo es el día que marchas y cierras el viaje. Si haces bien el ejercicio, descubrirás sentimientos profundos realmente importantes. Conocerás la parte más sabia de ti. Y te darás cuenta que el amor es lo único que dejas y que te llevas de esta vida. Todo lo demás, las preocupaciones triviales que un día ocuparon tu tiempo, se esfumarán. Te traerá sin cuidado si se te ha rayado el coche, si te han robado la cartera, si se te ha borrado el disco duro del ordenador, si se te ha estropeado tal o cual cosa, si llegas o no a tiempo a un lugar, …Viniste sin nada material y te vas igual.

Escribe todo lo que te surja. Tal cual.

Cuando hayas terminado, reflexiona acerca de lo que has escrito.

Luego, HAZ UNA LISTA (puedes llamarla “Temas Vitales Pendientes”), enumerando, brevemente, todos los puntos que han surgido.

Ahora que ya sabes lo que REALMENTE te importa en tu vida, no esperes más. No esperes a hacer lo que has escrito hasta el día de tu muerte. Entre otras cosas, porque no sabes si vas a tener o no la ocasión de despedirte. A veces, uno se va repentinamente…¿Cómo mejoraría tu calidad de vida ahora, si comenzaras a hacer hoy lo que ya sabes que es realmente importante en tu vida?.

Uno de los secretos de la felicidad es vivir el día de hoy sabiendo que si mañana ya no despiertas, te vas en paz y sin dejar nada pendiente. Cada día, asegúrate antes de acostarte, que puedes hacerlo tranquilamente. Si te has peleado con alguien, no esperes a mañana para arreglarlo. ¿Y si tú o el otro, no despierta mañana?. Damos los días por venir por sentado y, por culpa de ello, nos perdemos la vida y las relaciones AHORA.

Quitando dramatismos, vive las relaciones de tu vida CADA DÍA como si no existiera un mañana. De esta manera, cada día de más que vuelves a disfrutar de tus seres queridos es un regalo. Esta es una profunda verdad.

Tu reto para hoy: toma tu lista y escoge, como mínimo, uno de los puntos que escribiste y hazlo YA. Da el primer paso para poder elminarlo de tu lista de “temas vitales pendientes”.  A medida que vayas eliminando cada punto, verás cómo te sientes con mucha más energía y vitalidad. Ganarás en paz interior, en salud y en alegría de vivir. Te lo aseguro.

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